Callejón 6to. entre Dátiles y Ave. Las Monjas.
Guayaquil - Ecuador
Un estudio demuestra que somos más conscientes de la publicidad exterior que de la publicidad digital. Se expone los hallazgos de este estudio en el Neurocamp 2019. Actualmente hay una creciente curiosidad por la publicidad digital. La mayoría de empresas buscan posicionarse en los timelines de sus audiencias en una competencia por likes, shares y retuits.
La publicidad exterior siempre se ha caracterizado por ser portadora de campañas de marcas grandes, pero también se ha caracterizado por contar con poca investigación de mercados en cuanto a la colocación de las piezas en una región geográfica específica. Sin embargo, en los últimos 5 años esto ha cambiado con la llegada de la información de tráfico via GPS, herramientas de planeación con realidad virtual, estudios etnográficos del impacto de la publicidad exterior, etc.
Se plantea que el crecimiento del uso de smartphones no le resta audiencia a la publicidad exterior, sino que la complementa, haciendo que el usuario sea capaz de responder más rápidamente a través de su dispositivo, a ese call to action que representa la publicidad exterior.
A los ambientes fuera de casa u oficina, que en inglés se denomina “outdoor” se le ha llamado también “el espacio activo”. Pero ¿La actividad física que hacemos fuera de casa está acompañada por una mayor actividad cerebral? Si se comprobaba esta teoría, podría deducirse que, al experimentar mayor actividad cerebral, la publicidad exterior sería más eficiente que la publicidad digital. El equipo de Cog Research estaba consciente de que los estudios tradicionales sobre medios de comunicación usualmente se basan en equipo de eye tracking. La desventaja de los estudios que sólo usan esta tecnología es que sólo te informan lo que la gente ve, pero no te puede dar una idea exacta del nivel de actividad cerebral que produce determinado estímulo visual.
El estudio reveló que para cada individuo, había un patrón claro de excitación cerebral relacionado con diferentes actividades y ambientes. Pero a lo largo del estudio, el nivel promedio de actividad cerebral en la calle era 33% más alto que el nivel de actividad en la casa.Un dato curioso de este estudio es que, la única actividad que implica una carga cognitiva mayor que la de andar caminando en la calle, es cuidar a un niño pequeño.